Las condiciones educativas y religiosas del medio muchas veces crean obstáculos para desarrollar plenamente la capacidad de amar, haciendo que la mayoría entre en una situación de competitividad, consumismo y egoísmo.
El amor es un arte y se debe aprender. El amor es un sentimiento sublime, tal como la voluntad y la caridad. Es un sentimiento que se aprende a lo largo de una vida. Es muy difícil hablar seriamente del amor, un sentimiento que la mayoría de los seres humanos no ha desarrollado. Más bien se confunde con una emoción y que dista bastante de lo que realmente es.
El amor es el puente hacia el olvido de la desolación, del egoísmo, de la envidia, de la angustia. Y al mismo tiempo es el puente para alimentar nuestro ser interno y externo. El amor tiene relación con el perdón. Aprender a perdonar y no enojarse por detalles que lo único que provocan es la pérdida del tiempo.
El amor es un hilo conductor hacia la realización. No es algo que pueda verse como lo que es. Lo que vemos es el resultado por el hecho de dar amor.
No basta con comprender el concepto de amor, sino que hay que saber amar. Y esto no es fácil en la época actual. Se requiere una compleja reflexión, cambio de hábitos y de comportamientos.
El amor es la vibración consustancial a la Creación. Hay que demostrar el amor con acciones concretas con las personas que están al lado de uno para que el amor sea un sentimiento interno y real.
Por medio de varios ejercicios experimentales encontramos como quitarle el cerrojo a la puerta que guarda los sentimientos más puros y profundos, no solo para activar Merkaba, sino para que la vida sea más plena en todos aspectos.
Amor a todos los seres…
Serval Dion Fortune
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